Quiero compartir con ustedes un artículo que he visto por Internet, que cuanto menos es interesante.
El artículo comienza así: “En
febrero de este año, facebook incluyó en el apartado “masculino o femenino” de
su versión norteamericana otras 56 opciones de género para que ningún usuario
de cuenta se
sintiese excluido. Algunas de estas categorías son: neutro, que describe a
personas que no se identifican ni con ser hombre ni mujer; andrógino, que tiene
características ambiguas entre lo femenino y masculino; bigénero, alguien que
se identifica como mujer y hombre en diferentes momentos; género variante,
atribuido a personas que no se comportan de acuerdo a las pautas sociales
impuestas para su género; género confundido, quienes aún no definen a qué
género pertenecen; no-binario, personas que discrepan con la dicotomía
femenino-masculino y ven al género de forma tridimensional, incluyendo a la
androginia en el medio. Y nótese que todas estas alternativas se refieren al
género, a la identidad, no a la orientación sexual (es decir por quién se
siente atracción) tema que agregaría más nomenclatura a las definiciones.
Aunque por el momento estas variopintas identidades están disponibles solo para
los internautas de Estados Unidos, la firma planea replicar estas opciones en
las cuentas de otros países.”
Tras leerme esto, yo me
pregunto si es necesario categorizar a las personas, no acabaré de entender
porque tenemos esa fea manía de categorizar, si todos somos personas. Pienso
que no necesitamos unas categorías para definir quién somos, todos y cada uno
de nosotros tenemos nuestras peculiaridades, pero no dejamos de ser uno mismo,
y sobre todo no dejamos de ser seres humanos.